Alex está enamorado de Polina; consciente de que su bajo rango social es un impedimento para ser correspondido, se conforma con un amor platónico. Con el tiempo llega a amasar una auténtica fortuna juando a la ruleta, pero el dinero nubla sus sentimientos. La obra deja traslucir los problemas que acarrea el juego compulsivo en la vida de los protagonistas.